domingo, 22 de noviembre de 2009

La reina en el palacio de las corrientes de aire

De todos los libros de Millennium publicados hasta ahora (sí, yo también he oído los rumores sobre una cuarta novela escondida en las profundidades insondables del ordenador de Larsson), este es sin duda el más lento y denso. Por supuesto, hay alguna que otra escena movida, pero el que espere encontrar aquí página tras página de acción desenfrenada quedará sin duda decepcionado, ya que La reina en el palacio de las corrientes de aire es una novela centrada principalmente en los sistemas judicial y policial de Suecia, y que nos descubre los entresijos y corruptelas varias de la policía secreta.

Por la propia naturaleza de la trama, y a pesar de la presencia destacada de viejos conocidos como Mikael Blomkvist o la superheroína Lisbeth (¿hay algo que no pueda hacer esta mujer?), el libro se vuelve coral: abundan los personajes nuevos, hasta el punto de que, para los desmemoriados como yo, se hace a veces difícil recordar quién es quién. Pero el mayor problema de La reina es lo previsible que resulta. Así, conocemos demasiado pronto a los villanos, sus planes y motivaciones, con lo que la intriga se resiente. Y es una pena, porque mantener el misterio durante más tiempo habría dado mayor interés a la historia.

De todos modos, la novela sigue en la tónica de las dos anteriores, y tiene una calidad narrativa similar. Por eso, si has llegado hasta este punto de la trilogía con el gusto en el cuerpo, no saldrás decepcionado de este libro; en caso contrario, no vas a encontrar nada que haga que mejore tu opinión sobre la obra.

Y para terminar, querría lanzar una pregunta: ¿qué demonios tienen que ver el título, la portada y la novela? Si alguien lo sabe, que me lo diga, porque no veo relación ninguna entre los tres.

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